
En la carrera por liderar el negocio digital de Banorte, RappiCard ha tomado la delantera, dejando atrás a Bineo, el banco digital que nació con grandes aspiraciones, pero tropezó desde su gestación.
Fue en plena pandemia cuando Banorte apostó por incursionar en el ecosistema digital con dos iniciativas: una alianza con la app de delivery Rappi y la creación de un banco 100% digital propio.
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El lanzamiento de Bineo, se retrasó hasta febrero de 2024 por temas regulatorios y, al poco tiempo, reportó pérdidas por 289 millones de pesos
La primera iniciativa rápidamente mostró resultados. En 2021, RappiCard logró colocar más de 240 mil tarjetas y Banorte inyectó recursos estratégicos, incluyendo una línea de crédito de 250 millones de pesos a comercios aliados y la compra de la marca Rappi por 50 millones de dólares.
En paralelo, Bineo enfrentaba otro destino. Aunque fue anunciado en 2023 con una inversión cercana a los 150 millones de dólares, su lanzamiento se retrasó hasta febrero de 2024 por temas regulatorios y, al poco tiempo, reportó pérdidas por 289 millones de pesos.
Su arranque, descrito como “descafeinado” por el especialista Carlos Valderrama, dejó claro que las fallas estructurales —como la desconexión entre los equipos técnicos y financieros— minaron su potencial.
La dirección de Banorte, encabezada por Marcos Ramírez, reconoció que la venta del banco digital es una posibilidad real, incluso a un precio menor al invertido.
Las fintech o Sofipos podrían estar interesadas, aunque principalmente por la licencia, dejando al banco con las pérdidas y la cartera.
Hoy, Banorte enfoca su estrategia en el negocio más rentable. RappiCard, con su crecimiento estilo startup y su capacidad de personalización, se convierte en el pilar de la digitalización del banco, mientras Bineo queda como un ambicioso proyecto que no logró despegar.
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